Generando empleo y riqueza en el entorno

La utilización del tiempo de vida productiva de una mina es imprescindible para gestar y desarrollar otras actividades industriales con miras al futuro. El sector minero, a través del pago de impuestos -los propios y los de la ocupación generada- viene a mejorar la situación fiscal del país, las provincias y los propios municipios. Estos municipios y comarcas disfrutan así de los beneficios socioeconómicos que trae consigo tanto la minería ya establecida como los nuevos y futuros proyectos, significando así un principio esencial del Desarrollo Sostenible.

Cualquier proyecto minero-metalúrgico, bien planteado y gestionado, tiene la virtud de:

Crear un importante número de puestos de trabajo entre empleos directos, indirectos e inducidos. Empleos siempre estables y de calidad. Porque en la industria, para operar en condiciones de seguridad y productividad, es imprescindible hacerlo así.

Promocionar la generación de un conjunto de actividades complementarias al amparo de la industria base, que incrementa la creación de empleo y la generación de riqueza, incluso con el agotamiento de las reservas geológicas. Porque la actividad industrial subsidiaria podría seguir con la adquisición de minerales de otros lugares del Estado español o de concentrados del exterior.

Evitar la importación actual de concentrados minerales y de metales que dan lugar anualmente al desembolso al exterior de varios miles de millones de euros, produciendo un efecto muy positivo en nuestra balanza comercial

Aportar a las arcas públicas españolas y a las de la Seguridad Social notables cantidades que permiten de forma nítida mejorar y asegurar las pensiones públicas y disponer de más fondos para la Educación y la Sanidad