Minería y desarrollo son dos conceptos que van inevitablemente unidos. La mayoría de los avances tecnológicos requieren de materiales procedentes de recursos minerales que hacen que la innovación sea posible. Desde el objeto más común, como un utensilio de cocina, hasta el dispositivo electrónico más avanzado llevan en su composición productos derivados de la actividad minera.
Tenemos, por tanto, por delante el gran reto de que la sociedad comprenda la necesidad de apoyar a una industria que no solo genera riqueza económica y empleo, sino que, además, es fundamental para su bienestar. Una industria que crea desarrollo económico, pero también social, puesto que las grandes compañías extractoras que operan en Andalucía, y en el resto del mundo, son conscientes de su responsabilidad con su entorno y, por ello, cuentan con destacados programas formativos, de empleo, culturales, asistenciales y medioambientales.
Nos encontramos en un período de bonanza para nuestro sector, gracias al auge en el precio de los metales y al aprovechamiento de otros que, como el litio, están ganando protagonismo en los últimos tiempos. Esto ayudará, sin duda, a la consolidación de los proyectos mineros actualmente en activo y a que se pongan en marcha otros nuevos, atraídos por la riqueza del subsuelo andaluz. Tenemos que aprovechar la ventaja que nos ofrece la Faja Pirítica Ibérica para conseguir que las grandes firmas internacionales pongan sus ojos en Andalucía.
Para ello, es necesario proyectar, por una parte, una imagen de solvencia del sector minero andaluz, caracterizado por la innovación, la rentabilidad, la eficiencia en la gestión de los recursos y una alta cualificación de sus profesionales. Por otra, debemos garantizar un marco jurídico seguro y una estabilidad económica y administrativa que ofrezca las máximas facilidades a las empresas interesadas en invertir en nuestra Comunidad.
Afortunadamente, contamos con el apoyo de la Junta de Andalucía, que ha mostrado en multitud de ocasiones su compromiso con la industria en general y la minería en particular, pero desde el sector también debemos poner de nuestra parte, apostando por la transparencia y la gestión responsable.